Publicat a: El Club Express
19 y 20 de
Enero 2013 en Artes Escénicas, Barcelona, Sala Antic Teatre
Texto: Ester
Bueno
La Sala
Antic Teatre, en Barcelona, siempre es sinónimo de un arte que apuesta por la
búsqueda de nuevos formatos y que no teme arriesgar dando cabida a propuestas
escénicas difíciles de clasificar. Con Escenas
para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke,
esta sala barcelonesa ha colgado el cartel de Agotadas las localidades.
Des de
principio del montaje, la compañía El conde de Torrefiel, sin incomodar al
espectador, rompe el esquema de catalogación teatral para ofrecer la esencia
del arte contemporáneo. Aquel arte que, a menudo, sin conocer las circunstancias
del autor ni del movimiento al cual pertenece, sitúa al espectador en la
virginal tesitura de recibir y entregarse por el simple placer de dejarse
sorprender. Porque, en realidad, Escenas
para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke,
no deja de ser una sorpresa detrás de otra, una concatenación de piezas
inicialmente independientes entre sí que se suceden reproduciendo historias que,
sin ser densas, muestran un transfondo para el espectador y que atrapan por la
particular honestidad del producto mostrado.
Para los
profanos en la filmografía del director de cine austriaco, cabe decir que no es
necesario conocer el estilo inquietante y desconcertador del cineasta para
disfrutar de un espectáculo que plantea cuestiones sociales y critica actitudes
con un lenguaje que evita cualquier convención teatral. Con un texto, directo
en la palabra y que utiliza formas distintas en el espacio vacío, quizás aquel
espacio vacío en el que Peter Brook definía como elemental en la forma de hacer
y transmitir teatro, los intérpretes provocan reacciones alejadas de la emoción.
Así, este espectáculo, cercano a la performance aun dentro de una caja
italiana, mantiene el distanciamiento brechtiano que el señor Haneke inhala en
sus películas.
En
definitiva, es innegable que El conde de Torrefiel no deja indiferente. El
montaje transmite una contemporaneidad que atrae a un público sediento de
explorar textos y formas artísticas que van más allá de los parámetros de la
escena actual. Quizás, visionando la propuesta que visiona, nos encontramos
ante una tipología de teatro que podríamos definir como nuevos espectáculos
3.0…o quizás no. Les seguiremos los pasos.
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