Publicat a El Club Express
09/11
/ 2014 | Teatro, Barcelona, Biblioteca de Cataluña, La Brutal
Un
estelar elenco de actores da vida a los personajes de uno de los textos menos
representados de William Shakespeare.
Timón
es un rico y poderoso ciudadano que despliega generosidad entre amigos,
artistas, políticos y banqueros. Al caer en bancarrota, Timón pide ayuda a
aquellos que ha auxiliado económicamente, pero éstos le dan la espalda. A
partir de ese momento, en su interior crece un odio contra toda la sociedad que
lo llevará a condenarse al ostracismo, a vivir al margen de todo y de todos.
Cuando, al cabo de un tiempo, entre sus pertenencias encuentra oro, sus
antiguos amigos reaparecerán para beneficiarse de su fortuna, pero Timón aprovechará
para escupir su resentimiento hacia una sociedad codiciosa, egoísta y pagada de
ella misma.
Shakespeare
escribe Timón de Atenas en el
atardecer de su vida, mostrando un personaje principal que la sociedad ha
marginado por el simple hecho de perder sus posesiones materiales. Así pues,
Timón no sólo pierde la riqueza y el estatus si no también la adoración de los
que antes lo ensalzaban. ¿Quiénes somos y qué valemos para los demás? ¿Somos lo
que tenemos? En el siglo XVII, el dramaturgo ya desgranaba la falsedad de los
círculos más elitistas, donde el protagonista se convierte en víctima de una
sociedad perversa que ama el dinero más que a sus congéneres… ¿os suena?
Sí,
el mensaje de Timón de Atenas, como la mayoría de los textos de Shakespeare, se
perpetua en el tiempo reflejando una actualidad de programa informativo, de
aquellos que pierden su casa y su exiguo monedero para convertirse en sombras,
en espíritus errantes buscando un techo donde cobijarse, quizás una casa donde
guarecerse de los monstruos acechantes…banqueros, políticos… aquellos que
cuando los has necesitado ya no estaban… vaya, ¿acaso aún estoy hablando de
teatro? Todo el mundo es teatro. Y en él
son histriones todos los hombres y todas las mujeres; sus entradas y salidas
tienen lugar en escena, cada cual interpretando distintos papeles en la vida,
que es un drama en siete años. (Como
gustéis, de W.Shakespeare, ¡cómo no!).
El
final de este visionario de la historia es una tragedia esperada. Timón, que
finalmente opta por permanecer relegado a una vida de exclusión porque no se
identifica con un modelo mezquino de sociedad, desaparece fuera de escena. Y
sin embargo, la esencia se esparce por todo el espacio…
El
actor Julio Manrique defiende de forma colosal y brillante la evolución del personaje
protagonista. Y, a pesar de que parece que el resto de personajes están
escritos para engrandecer esa figura protagonista, hecho que posiblemente sea
cierto, la pulcritud, la profesionalidad y la excelencia del trabajo de Marta
Marco, Jordi Rico, Mireia Aixalà, Albert Ribalta, Enric Auquer, Óscar Rabadán y
Fèlix Pons aumentan el nivel de perfección de una puesta en escena dirigida con
mucho acierto por David Selvas. Un Shakespeare imperdible…¡y no sólo por los
tiempos que corren!
Texto: Ester Bueno (@Ester335)